FAMILIA Y ADOLESCENCIA

 



La adolescencia es una etapa centrada en la construcción de una nueva identidad, de la búsqueda de un “nuevo yo”, de vulnerabilidad y fuerza a igual medida, de impulsividad y egocentrismo en estado puro. Sin duda es una etapa educativa difícil de acompañar.

“Quiéreme cuando menos lo merezco porque es cuando más lo necesito”frase que resume de manera muy oportuna lo que nuestros hijos adolescentes necesitan de nosotros en esta etapa. Necesitan que padres y madres les eduquen con firmeza y amabilidad en la responsabilidad y el esfuerzo, al mismo tiempo que les ofrezcan seguridad y calidez. Que entiendan la fragilidad y vulnerabilidad por la que están pasando y les ayuden a poner orden al caos que en ocasiones les invade que les acompañen sin condición aunque haya días que resulte muy complejo”.

La comunicación debe continuar siendo uno de los pilares más importantes en nuestro acompañamiento durante esta etapa y por esta razón debemos encontrar estrategias que nos permitan crear nuevos canales de comunicación.

Es esencial que nuestros hijos se sientan escuchados, reconocidos y respetados. El problema no reside en lo que decimos sino en la forma en la que lo hacemos.

Por ello es importante en esta etapa:

1.- Conocer las características propias de esta etapa evolutiva, y los cambios (físicos, psicológicos y sociales) que nos  ayudarán a entender mejor su comportamiento.

2.- Grandes dosis de comprensión, paciencia y confianza, ofreciéndoles tiempo para aprender y cometer errores sin ser juzgados ni cuestionados.

3.- Mostrar interés por sus preocupaciones e inquietudes, haciéndoles sentir que conectamos con ellos.

4.- Acompañarles desde la calma y el respeto mutuo con ganas de entendernos, eliminando los gritos y sermones, las etiquetas, reproches que tanto dañan el vínculo.

5.- Ayudarles a construir una autoestima y autoconcepto sólido, resaltando todas las virtudes que poseen e incitándoles a aceptarse tal y como son.

6.- Aceptando que los conflictos en esta etapa son inevitables y que es un momento para conocernos mejor y avanzar.

7.- Enseñarles a reconocer, analizar y gestionar las emociones, ayudarles a modularlas y a darles respuesta, validando todo aquello que sienten.

8.- Consensuar normas en familia, flexibilizando límites, estableciendo consecuencias naturales y lógicas mediante una comunicación  basada en el el cariño y la empatía del momento evolutivo en el que se encuentran.

La adolescencia es sin duda la etapa educativa en la que nuestros hijos necesitan de nosotros “nuestra mejor versión” transmitiéndoles que les queremos sin límites o condiciones. Que nos mostremos serenos, disponibles, que busquemos espacios para compartir temores y confidencias, que entendamos que muchas de sus conductas están asociadas a sus emociones poco moduladas.

Texto extraido: https://elpais.com/mamas-papas/2021-05-15/dia-internacional-de-la-familia-10-claves-para-educar-a-un-hijo-adolescente.html


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