Según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en un informe elaborado con la colaboración del Ministerio de Sanidad y Política Social del Gobierno de España, la parentalidad positiva se refiere “al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”. Por tanto se trata de respetar los derechos de las niñas, niños y adolescentes y practicar una educación basada en el amor y el cariño, sin recurrir a castigos físicos, mentales y/o emocionales y libre de cualquier tipo de violencia. Según la FEMP estos son los principios que han de guiar esta crianza positiva: Vínculos afectivos sanos, protectores y estables para que los niños/as se sientan aceptados y queridos. Ello supone el fortalecimiento continuado de los vínculos familiares a lo largo del desarrollo, modificando
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